Los 60s y los 70s terminaron hace rato y hacer música de esas décadas en la actualidad es peligroso: definitivamente estamos en otra época, más allá de la distancia temporal. Y en esas condiciones cualquier infeliz se apropia de un sonido y una imagen y lo explota haciéndose el retro excéntrico. Tampoco sirve hacer lo mismo que se hubiera hecho en esa época, para eso basta con escuchar a los originales.

Pero también se puede tomar esa música y aprovechar la libertad, la objetividad que da la lejanía, el no ser ni creador ni protagonista y destriparla, entenderla, dominarla.

Es muy difícil reconocer en este disco algún elemento de la actualidad (ni siquiera por la tecnología, el sonido es totalmente lo fi) así que cualquiera podría decir que es increíble que un discazo tan viejo no sea un clásico.

Y se me ocurre que no corro peligro si recomiendo esta banda muy especialmente a quienes, entre los cuales me cuento, gustan poco o nada de la música de los 60s y 70s.