Sentenced nunca va a grabar una obra maestra pero no paran de entregar discos que en el momento adecuado pueden ser extremadamente disfrutables. Todas las canciones son parecidas y este disco se parece a todos los otros pero no tiene baches como el anterior, Crimson. Las melodías son de rock gótico muy melódico y la música es un metal muy rítmico, algo así como Katatonia pero después de tomar un vaso de leche con galletitas. Sin embargo las letras son por momentos violentas, aunque con la ingenuidad de un adolescente: "I'll kill myself / I'll blow my brains out to the wall / See you in hell / I will not take this anymore". Algo así como los himnos de rebeldía juvenil de Twisted Sister pero algo más sangrientos. Y en otros momentos son tristes, oscuras, provocadoras de algún que otro de esos miedos feos que cada tanto nos asustan.

Sentenced hace música para que los corazones tristes levanten la manito con el puño al cielo, se dejen llevar por cada estribillo pegajoso y desempolven la alegría de escuchar la música fuerte y a la hora de la siesta.

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