¿Viste cuando escuchás un disco por primera vez y a los dos o tres temas ya sabés que no vas a poder vivir sin él? Mariana Bianchini se pone tan íntima que da pudor escucharla, tiene tanto poder para transmitir su angustia que deseás que por favor se calle porque realmente duele. Se desnuda de manera sangrienta, arrancándose la piel y las excusas diabólicamente tramadas y quedando expuesta, regalándote su dolor, sacándolo para afuera a las patadas y obligándote a que te mires al espejo antes de opinar nada. Las letras de Mariana Bianchini son sencillamente brillantes y Post - Incubadora es una maravilla de la música y de la sinceridad, son canciones que parecen grabadas en una habitación, los instrumentos suenan crudos y de bajo perfil para que esa voz extraordinaria y esas palabras de dolor brillen como lágrimas sanadoras. Sanadoras, porque en medio de tanto dolor me niego a creer que Post - Incubadora es un disco oscuro. Oscuro, en realidad, sería que Mariana no hubiese dicho lo que tenía que decir.