Las primeras veces que vi a Gianluca Grignani en la tevé italiana lo descarté mentalmente por su imagen de canchero carilindo. Gran error que por suerte no duró demasiado. Es que la imagen engaña y esto es fácil comprobarlo cuando, después de haberse paseado por varios estilos de música y melodías, este disco deja un sabor amargo que cada vez se percibe con más certeza. Hay algo que está mal, algo que no es lo que uno quisiera. Y estas canciones están manchadas por esa sensación grisácea.

Agradecimientos: este review hubiera sido imposible sin la colaboración del ídolo de mi primo que es fan de Gianluca y me prestó este y Campi Di Popcorn :)